viernes, 26 de marzo de 2010

Cla.

 (さくら, sakura): cerezo.

Sí, sí, este sakura es el mismo que para el árbol.
En un primer momento, el concepto de sakura se usó para denominar a la cla que se pagaba para jalear durante las obras del teatro kabuki. En un momento dado, cuando el cabeza de cartel hacía tal o cual gesto o gemido, desde el público se soltaba un grito en plan ¡olé! seguido del nombre del actor.
El teatro kabuki sería el teatro para el emperador y la gente de alta cuna. Luego se creó el shingeki, que es más o menos lo mismo, es decir, hombres haciendo papeles femeninos alternando teatro y números musicales, pero en este caso para la gente obrera y con música popular japonesa moderna. En el shingeki, el sakura lo que hace es meterle a los actores billetes de 10.000 yenes en el kimono, prendérselos en el ojal o directamente colocarle un collar de billetes alrededor del cuello. Este cla estaría formado por señoras que animarían a otras señoras a hacer lo mismo. Realmente, para mí, la gracia de este teatro no es en el espectáculo en sí, si no ver cómo las viejas se levantan en medio de la función, se acercan a su actor y le endiñan la cantidad pornográfica de billetes. Puede que sea verdad o que sea sakura, claro, quién sabe.

El concepto de sakura como cla también se puede extender a otros ámbitos, como en el de la hostelería. En Japón a la gente le gusta hacer cola: aunque el restaurante sea muy bueno, si en frente hay uno de peor sabor pero con gente esperando, la gente elegirá esperar. Es una realidad. Entonces, es de sobra conocido que muchos empresarios pagan o simplemente invitan a unas personas en concreto para que hagan ambiente en el bar o local para evitar que los posibles clientes escapen ante la visión de un sitio vacio. Tu te puedes poner gritar que la primera copa es gratis o que regalas un viaje al caribe, pero el japonés prefiere pagar, apretujarse y pasar agobios en un sitio abarrotado antes que ser único cliente. Y para ello, la sakura es esencial hasta que los clientes de verdad se deciden a entrar.

sábado, 20 de marzo de 2010

Ahogar las penas en alcohol.

自棄酒 (やけざけ, yakezake).

No estamos hablando de mamarse todos los días con los compañeros de trabajo al salir de la oficina, no, estamos hablando del beber en soledad y triste.
Practicar el yakezake no quita que no puedas ir a un triste snack (whiskería, con whiskeras), pero no te sentarás en una mesa donde por 5000 yenes una japonesa cercana a los 40, o una guapa coreana, o una tailandesa o filipina que apenas habla el idioma te dará palique y te servirá una copa tras otra, todo incluido en el precio por una hora, no. Te sentarás en la barra y la propia madam te servirá la copa. Y si está el ambiente demasiado decaído, es posible que se enrolle y ponga gratis en el karaoke aquella canción de enka que te guste, te relajarás un poquillo y verás que por un momento eres el centro de atención del pequeño local. Y un par de whiskis más hasta la hora del cierre, donde la madam te acompañará a la puerta y llamará a un taxi por tí. Pero el que no haya estado ninguna chica bebiendo contigo no significa que no te hayan cobrado el suplemento de mesa, tu gozo en un pozo.

martes, 16 de marzo de 2010

El bocado de la vergüenza

遠慮の塊 (えんりょ の かたまり, enryo no katamari)
遠慮 (えんりょ, enryo): reserva, discreción, recato, vergüenza, reparo, vacilación.
(no): de
(かたまり, katamari): masa, trozo, pedazo, terrón.

Al principio de llegar, me sorprendí que los japoneses con los que me iba de tapas no tenían reparos en zamparse el último pedazo de la ración, incluso alguno lo preguntaba muy educadamente. Yo alucinado, pensaba que qué avanzados estaban en la sociedad japa que se dejaban de hostias y de tonterías y que sin pudor preferían quedarse sin hambre antes de hacer el memo con las apariencias.
Pero es que no, que todo esto era un hecho aislado. Sería porque esos chavales eran post-universitarios, todavía con sueldos bajos y bastante ratas, pero la realidad es la misma que en España, tanto como para que exista la expresión que expongo hoy: La peña prefiere babear reprimiendo su deseo y pasar hambre antes que quedar de cutre. Mi gozo en un pozo por un lado, pero por otro contento por aquella vez que comiendo en un español vi que los vecinos de la otra mesa se habían dejado una loncha de jamón de jabugo que por lo menos costaba 3 euros, y yo, que sí soy un cutre y me siento orgulloso de serlo, me levanté, cacé la loncha antes de que viniera el camarero a limpiar la mesa y me la zampé con todo el regodeo posible.

Cuentitis

仮病 (けびょう, kebyou)

 (Como kanji independiente se lee かり kari): Hipotético, hipotéticamente (según qué partícula le acompañe).
 (びょう, byou): Enfermedad.

lunes, 15 de marzo de 2010

Peinado cortinilla.

バーコード頭 (あたま, baakoodo atama).

バーコード (baakoodo): Código de barras.
(あたま, atama): Cabeza.

Aquí en Japón, aunque el problema de la alopecia no sea tan común como en las Españas, también lo hay. Y hay señores como Anasagasti o Torrente, que con dos cojones lucen calva tapada por una patilla larga. Pero hay que reconocer que el recochineo de cabeza de código de barras tiene gracia, oye. Imposible olvidar el término.

Nota: Recomiendo ver la película Dainipponjin (Great Man Japan), donde aparece un monstruo con dicho peinadito. Un peliculón.

Bienquedas.

八方美人 (はっぽうびじん, happou bijin)

八方 (はっぽう, happou): Todas las direcciones (los ocho puntos cardinales).
美人 (びじん, bijin): Guapa, mujer hermosa.

Como en España, decir bienquedas es sinónimo de que esa persona quiere agradar a toda la peña a su alrededor para su propio beneficio. En Japón también son mirados con recelo y mejor tenerlos controlados y a cierta distancia no vaya a ser que luego te la vayan a meter doblada.
Lo de mujer guapa también va incluido cuando se trata de un hombre, a lo que se le suma un nivel más de tono despectivo. Y bien que hacen.